jueves, enero 21, 2010

La ronda de las promesas sin cumplir

Todos, en algún momento de la vida, hemos hecho algo a cambio de una promesa.
En el matrimonio, por ejemplo, es la promesa de la vida juntos "hasta que la muerte nos separe", se siempre fieles, y amarnos el uno al otro en las buenas y en las malas.
Cuando niños, subíamos el promedio de las calificaciones por la promesa de un premio espectacular, "si conviertes ese 7 en un un 9, te llevo a ver El Retorno del Jedi al cine..." (nótese el anacronismo!).
Cuando elegimos carrera lo hacemos con la promesa de marketing de la universidad "los egresados de esta carrera son gente exitosa" y los amigos que estudian ahí "está poca madre!".
Cuando entramos a trabajar es la promesa del sueldo, la proyección profesional, los bonos, las comisiones, etc..
Pero, ¿que pasa cuando una promesa no se cumple?
Primero que nada, viene la decepción... un horrible sentimiento de "me traicionaste" nos invade y, de repente, todo pierde sentido. Basta con mirar la cara de un niño cuando le decimos que "siempre no vamos a ir al cine el fin de semana porque tengo mucho trabajo". Los ojos como platos, la mirada al suelo, las lágrimas a punto de salir, pero, principalmente, ese sentimiento de corazón roto que hace que nada más importe porque papá (o mamá) me mintió.
Pero nadie nos salva de sufrir estas decepciones que nos hacen más fuertes cada día. Todos en algún momento las hemos padecido. Yo, por ejemplo, puedo contar que mis padres me incumplieron muchas promesas y, en su época, sentí hasta ganas de morirme. La universidad me prometió que entraba a la "carrera del futuro", pero nunca me dijo que el futuro ya había pasado y de eso hacía tres semestres.
En mi trabajo, promesas de bonos y comisiones que nomás no llegan, lo cual, cabe señalar, es práctica común en estos días de los pseudo-empresarios mediocres que piensan que los empleados deben ser leales y estar eternamente agradecidos por tener chamba.
Y así nos la podemos llevar y no acabar nunca la lista...
Como mi promesa incumplida de mantener acutalizado este blog (pero estoy seguro que mis tres lectores no se han frustrado por ello ¿verdad?).

La cosa es ¿que sigue? ¿como se reacciona ante una promesa incumplida con esperanzas, credibilidad y confianza rotas?

Saludos!

NecroDaddy